
La figura humana y el paisaje son por antonomasia los soportes de la lección de pintura, las matrices donde se educa el pintory donde debe fluir aplicando la técnica. Eso a grandes rasgos determina la acción de hacer un cuadro, la manufactura (la mano que pinta) pero no el tema que es parte privativa del autor.
Yo he tomado este devenir como el tema de mis pinturas, no lo que cuento, eso no es relevante para mi; es un pre-texto que muchas veces no tiene peso. Entonces eso que es privativo, propio del autor, queda fuera de la tensión que se produce entre la técnica y la interpretación de lo que quiere decir el autor.
Yo no deseo decir nada puntualmente sino jugar un poco entre estos dos mundos paralelos y oficiales, y muy académicos y desde ahí entretenerme con mi trabajo.
No se trata de una postura intelectual, yo interpreto mi trabajo como un afán de pasarlo bien buscando más la forma que el contenido de un discurso manifiesto.
Reconozco la influencia muy potente de la imaginería publicitaria luego de 15 años dedicado a la dirección de arte publicitaria y eso hace más fuerte y patente la preocupación por la forma, el diseño y el mensaje teledirigido y con sorpresas. También me han marcado fuertemente pintores como Immendörff y Baszelitz, Gorki, DeKooning y clásicos como Rembrandt y Velásquez.